viernes, 9 de octubre de 2009

EMBEBIDOS Y EMBOBADOS


Se ahogan en líquidos de graduaciones intensas y embotan sus cerebros por horas. La adrenalina de perder el control los lleva a cantar cánticos sin parar, hasta llevar el perfecto lenguaje a la deformidad. Destruyen la palabra y la oración con: "vamo a ve...", "vamo a gana...", "lo redó...".
Es la pasión de alabar a la estrella de rock, acompañar al equipo favorito o seguir a una ideología en común. Pero hay un punto en donde el exceso los llama y los atrae hasta perder todo tipo de conciencia. La salida en grupo, la previa al boliche, el festejo aglomerado que desata a todos los sentidos y los mueve en masas. Ese valor que te da el no estar solo y encarar la vida en patota. Correr todos para el mismo lado.
La adolescencia te lleva a eso. Es un momento de tu vida en el que todavía no sabés quién sos, ni qué hacés. Es parte de la experiencia, en "eso" encontrás después de un tiempo, dónde está la diferencia. Aprendés, ves, mirás, compartís, permitís, aceptás, te movés y te dejás llevar. Hasta que te empezás a encontrar. Hasta que tu propio camino se va armando y de a poco te vas alejando de eso.
Esa es una manera de vivir y de aprender a ser vos mismo. Y de aceptar lo que te tocó y desprenderte de lo que no querés que te toque.
Pero cuando ya estás grande, ese estado embobado, ya habla de otra cosa. De una vida llevada más por las narices que por una conciencia propia.
Te puede gustar lo mismo, te puede satisfacer el evento grupal, la salida en patota. Pero en algún momento, eso ya te tiene que quedar lejos.
Hay ciertos tiempos para vivir ciertas cosas de la vida. Eso no puede ser una realidad eterna, interminable. Agota y atonta. No permuta, no madura, perdura. Detiene todo progreso y deja inmóvil un tiempo determinado, como pausado.
Hay un pasado rebelde y un estado de rebeldía. Pero eso en algún momento cambia, porque aburre. Porque destruye.
Lo malo no es vivirlo, lo malo es no saber dejarlo.

2 comentarios:

  1. Muy bueno! me gusto mucho "De una vida llevada más por las narices que por una conciencia propia." Cuantas narices agarradas hay, no?
    Daniel

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  2. Gracias Daniel. Y la verdad es que son más de las que uno cree... Una pena.

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