martes, 19 de julio de 2011

ENREDADOS SOCIALES


A tu novio lo sigue tu ex. Tu ex, quien lo agregó como amigo a tu cuñado. Tu cuñado, quien le dio unfollow a tu mejor amiga; tu mejor amiga quien encerró a tu cuñado en un círculo al que llamó: "pelotudos". Y en el medio de todo eso estás vos, etiquetada en todas las fotos de todos tus contactos en los que están incluídos tu novio, tu ex, tu cuñado, tu mejor amiga y todos los pelotudos que ella encerró.
Y vos, creés que tenés privacidad...
Empezaste con una red por novedad y para contactarte con tus amigos que están del otro lado del mundo. Y ahora conocés a sus familias, y a las familias de sus familias. Una simple foto o un simple comentario y recorrés todo su árbol genealógico sin proponértelo. Y así también lo que piensan, opinan y creen. Con el tiempo recordás por qué los habías dejado de ver o por qué nunca les habías escrito. O por qué de la categoría "conocidos", nunca habían pasado a la categoría "amigos".
Aparece otra red, a la que entrás por curiosidad. Pensás que es distinta, acá no son conocidos, ni amigos, ni familiares. Hasta que todos esos que creías que no ibas a encontrar acá, entran también por curiosidad. Y ves que otra vez te contactás con los mismos de la otra red pero ahora en esta. Y quedás atrapado en ella. Si dejás de leer a uno, se enoja ese y otro por carácter transitivo. Como si fuera una logia a la que no podés abandonar por elección y a la que debés pertenecer porque a otros se les canta.
Y otra red más se suma a la confusión, pero con más caracteres, con más posibilidades de expresarte no tan cortito. Y ves a los mismos. Los que aparecieron en la primera, que después se sumaron a la segunda y ahora te los encontrás en la tercera. Haciendo los mismos comentarios tanto en una como en otra. Una especie de comentarios clonados, de copipasteados, con el temor de no haber sido leídos ni en la primera, ni en la segunda, ni en la tercera. Pero en ésta hacen la diferencia, discuten. No sólo dicen lo que piensan sino que ahora también acotan, retrucan y atacan. Claro, cuantos más caracteres hay, más extendidos pueden ser sus argumentos. Como si eso hiciera una diferencia. Como si con una sola línea no se pudiera explicar un concepto.
Y mágicamente aparece otra, pero ésta con un plus. Ésta, dicen que es más "piola" porque en ella no sólo se escribe sino que también se conversa. Te ves, te escuchás ¿Y adiviná qué más hacés? Claro, TE LEÉS! Sino te alcanzaba con lo que escribían, ahora también los podés escuchar mientras también gesticulan. Por las dudas de que te hayan quedado dudas.
Y otra vez los mismos. Los que están en la primera, que después se abrieron una cuenta en la segunda, que discutieron en la tercera y que ahora te agregan en un círculo en la cuarta.
En conclusión, ahora sabés sobre sus familias, sobre sus rutinas, sobre todo lo que los enoja, sobre sus opiniones políticas, sobre lo que comen, sobre lo que dejan de comer y hasta dónde están situados geográficamente en este momento.
Sobre lo que están pensando, sobre lo que está pasando, sobre lo que están hablando y sobre sus novedades más novedosas. Pero ya no son personas, son contactos, amigos, seguidores o lectores.
Te contactás con todos y no te contactás con nadie. Y no hablás con nadie pero sabés todo de todos. Y si no están en una red, están en otra; o están en todas.
Y así, te vas enredando mientras quedás atrapado en la vida de todos. Y así, te vas encerrando mientras quedás atrapado en el mismo círculo social. Y entonces, decidís salir a jugar a la vereda.