martes, 2 de noviembre de 2010

FAMA Y CIRCO


Pareche que hay uno que habla todo achí, otro que hace pa pa pa para no sé qué cosa con los pies, utru que se hace el que hubla en castellanu y nu se le entiende nudu, una señora con peluquita que no es señora y un desfile interminable de seres aún más llamativos que los anteriores. En este mundo paralelo, todos estos personajes se asoman un día y de la nada, pasan a convertirse en elencos estables y hasta a veces permanentes de una obra extensa a la que no se le puede predecir el final.
Comienzan a recorrer un camino tan vertiginoso como cretino. Una carrera, quién sabe para qué.
Ahora bailás, ahora cantás, ahora hacés el ridículo, ahora te humillás, ahora te enojás, son directivas que aparecen como obstáculos que deben superar para poder avanzar. Cuanto más cerca del límite, más escalofriante.
Descontrolan sus emociones frente a una caja provocadora de reacciones para terminar siendo parte de algo que no se sabe si es un drama o una comedia. Velocidad, en este mundo del que hablo todo tiene velocidad. Todo va tan rápido que los confunde, los atormenta.
Pasan de ser protagonistas a descartables según el momento. Y se desnudan, mientras sus vidas posan frente a la vista de todos.
No hay intermedios, no hay procesos, no hay duelos. Deben reír y llorar casi al mismo tiempo. Sus emociones se lanzan sin aviso de un extremo a otro convirtiendo todo en una gran montaña rusa.
Sus vidas se proyectan en una gran vidriera mientras los "cuerdos" desde afuera se ríen, se mofan, se regocijan. Sus vidas se convierten en grandes circos públicos donde no hay un animador que los acompañe.

Y así pasan, de un lado al otro mostrándose con lo único que tienen, ellos mismos. Creen ver en esto sus salidas, sus saltos, sus futuros. Se emocionan y se comprometen con la idea de salvarse. Y ahí se entregan por completo. Venden lo poco que tienen para sobrevivir. Venden su vida para sobrevivir.
Se convierten en exponentes de la burla, del chascarrillo, de la broma de mal gusto, de la vergüenza ajena. Entregan todo para que otros se diviertan, entregan todo para ser los bufones del rey.
Los exponen y se exponen a un ridículo que los humilla, para que otros se sientan un poco más normales y así ahorrarse años de terapia.
Los paran en una marca, les encienden la luz, les abren los micrófonos y los llenan de preguntas confusas para que hagan y digan cosas inesperadas. Los encandilan con la fama, la euforia y la adrenalina de un espectáculo al que no pertecen pero del que sí son parte. Y ahí los tienen dando su show hasta que encuentran otro mejor o diferente. Los ponen y los sacan, los sacan y los ponen, mientras ellos sentaditos esperan su próxima aparición. Se quedan como de guardia en una soledad y un dolor que sólo ellos deben experimentar.
Cuando su momento les llega, los quince minutos de fama se convierten en meses y quedan hipnotizados por una puesta en escena de un éxito que creen alcanzar. Y así siguen. En el camino algunos avanzan lo más que pueden, otros caen, hay quienes abandonan o están los que simplemente desaparecen. Los más resistentes y los capaces de transformarse según el contexto, perduran más. Quienes redoblan la apuesta, perduran más. Y extienden su fama aún un poco más.
Lástima que no se den cuenta que mientras los "cuerdos" juegan su juego, ellos pierden todo.

6 comentarios:

  1. LA fama no es real. Muy bueno
    O

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  2. Bien Fedra. Es claro, terminan "vomitando vidas", que ni siquiera les pertenecen... apenas se las alquilan.
    Buen post.

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  3. Bien, marida. No sabía si hablabas del tuiter o de la tele. "Descontrolan sus emociones frente a una caja provocadora de reacciones para terminar siendo parte de algo que no se sabe si es un drama o una comedia."
    Hay cajas que se parecen demasiado.

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  4. Twitter y la tele son las mismas cajas. Una transmite en HTML y la otra en PAL-N. Pero básicamente es lo mismo, gente que ante la disconformidad con su propia existencia, fabrica una con disvalores y pretende ser valorada por eso (yo no lo vi, me contaron eh).

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  5. Maravillosamente descripto y certeramente claro Reina!!!! besotes (memi)

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  6. Mi comentario sonará a viejo de barrio que después de escuchar, dice, por algo será, sin embargo, lo digo igual, por algo sucede eso. Si ellos no saben el valor de ellos mismos, si esperan que los demás les pongan precio, entonces se lo tienen merecido. Las personas, o saben cuanto valen o tienen una existencia referencial. si tienen una vida referencial y hacen depender el valor de sus acciones de los demás, como si todo dependiera de la aprobación ajena, que se jodan por pelotudos.
    En esta época nadie sabe lo que quiere y se confía demasiado en la voz de la mayoría: la televisión, la radio, etc, nadie sabe que carajo tiene valor y se lo preguntan al ciudadano promedio que, como cualquiera sabe, si hay algo que no tiene valor, es él. Es promedio por eso, porque no sale de la media, es decir, carece de valor. En fin. Y así se va. todo lentamente al carajo. Porque un grupo de pelotudos confía en otro grupo de pelotudos. Así todo, todo, a la gran mierda.

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